El pasado 18 de octubre, Javier Ponce director general del CDTi anunciaba la reactivación de la Red Cervera de apoyo a Centros de Investigación, que prima la excelencia y la especialización de la infraestructura científico-técnica pública nacional.
La iniciativa consiste en financiar con 20 millones de euros las “estructuras basales” de la red. A la espera aún de mayor concreción, la noticia se recibe en la comunidad con optimismo y celebración.
La red Cervera pretende, a grandes rasgos, mejorar la transferencia tecnológica desde los centros de investigación públicos hacia las empresas, cerrando así el círculo virtuoso entre inversiones públicas a la investigación, para que encuentre una repercusión social que permita al país beneficiarse de los avances científicos y desarrollos tecnológico, tanto a nivel económico, como social, repercutiendo positivamente en la competitividad de las empresas españolas, la creación de un tejido industrial de valor añadido, catalizando de manera significativa un cambio del modelo productivo español.
Posteriormente y contra la dinámica precedente apenas dos semanas antes, el pasado 30 de octubre, y a través de una nota informativa, el mismo ministerio respondió a una consulta sobre el Programa Retos Colaboración con el anuncio de la cancelación de la convocatoria de éste año. El Programa Retos Colaboración, que precisamente financia proyectos de innovación y desarrollo empresarial, sufrirá un “aplazamiento en su convocatoria de 2018”.
Hipótesis y teorías
Mientras unos claman contra la cancelación de la convocatoria, otros prefieren hablar de aplazamiento, y se aducen razones técnicas y de procedimiento: la ejecución del programa de 2017 recayó en el presupuesto de 2018, y la normativa de Hacienda no permite asignar más fondos sin haber tramitado o prorrogado los nuevos presupuestos generales.
Hipótesis y teorías varias han florecido a tenor de los acontecimientos, entre las que destacan:
– El CDTi se encargaría del Retos Colaboración, por lo que recibiría los fondos anteriormente asignados a la AEI. (Fuentes del mismo CDTi consultadas extra oficialmente por deducible.es niegan éste extremo).
– La Red Cervera vendría a suponer un impulso adicional a la financiación de los Centros Tecnológicos, con lo cual los recursos destinados a potenciar la I+D+i empresarial aumentan sumando ambas iniciativas.
– El ministerio plantea una remodelación fundamental del sistema de financiación de la I+D+i que obliga a replantear todo lo establecido, obviamente para mejorar el actual sistema.
De momento el CDTi ha anunciado una partida de sus propios fondos por valor de 500 millones para financiar proyectos de innovación a través de la Red Cervera, eso sí, se tratará de créditos reembolsables en condiciones preferentes:
– Tramo no reembolsable del 33% sobre la financiación.
– Con subvención de intereses (euríbor + 0% fijo).
– Retorno a 10 años con hasta 3 de carencia total.
– Retorno fiscal del 42% de los gastos deducibles del proyecto (en efectivo o descuento en el Impuesto de Sociedades).
Lo que traducido significa: el CDTi aportará fondos propios (no adicionales a los ya existentes) para financiar proyectos de I+D+i a través de la Red Cervera, cuya característica principal supondrá la contratación de centros tecnológicos por parte de empresas privadas.
El objetivo además, pretende incentivar la especialización de los centros, impulsando su excelencia científica y técnica, y promoviendo sustancialmente la transferencia tecnológica.
Ni mejor, ni peor, diferente.
La Red Cervera no supone en sí misma ni un nuevo programa de financiación a las PYMEs innovadoras, ni una nueva fuente de financiación adicional a los programas actuales, es básicamente una nueva estructura administrativa que, supuestamente, debe ayudar y velar por la implicación activa del sistema de investigación y sus infraestructuras, o una nueva ordenación de prioridades a la hora de asignar los recursos y procesos existentes en la actualidad, priorizando proyectos privados que supongan la contratación de centros tecnológicos u otros organismos público-privados (no lucro) dependientes.
Así mismo, seguimos a la espera de materialización de aquellas convocatorias anunciadas hace meses por el Ministerio, como los proyectos de Prueba de Concepto, Horizonte PYME para fase II con buena nota en SME Instrument y el nuevo instrumento de compra pública tecnológica, Ágora, del que no se ha vuelto a hablar.
En deducible.es seguimos alineados con la tesis que apuntamos como troncales para la buena salud del sistema de I+D+i nacional:
– hacen falta nuevos instrumentos de financiación pública a fondo perdido, para incentivar la creación de empresas innovadoras y tecnológicamente avanzadas.
– Es prioritario crear un marco legal que permita a las empresas nuevas, traspasar su crédito fiscal a terceros, para que puedan obtener un beneficio real de sus deducciones fiscales por I+D+i.
– Es imprescindible coordinar todos los actores económicos tanto institucionales como privados, para lograr un marco legal transparente, justo, igualitario y que permita la materialización de nuevos e innovadores modelos de negocio.
– Una transformación radical del sistema de incentivación a la inversión de alto riesgo, con menos impuestos a aquellos que arriesgan sus beneficios para financiar start-ups.
De poco o nada servirá ampliar y dotar a las instituciones públicas, si posteriormente la política tributaria es lesiva contra las empresas exitosas.
El mundo que viene y que se está forjando hoy, no puede basarse en las vetustas y anquilosadas amalgamas del S.XIX y de un pasado industrial que, además, en el caso de España es prácticamente inexistente. La economía digital no entiende de fronteras, ni de limitaciones físicas. Ningún país que no entienda esto, podrá sobrevivir y estar al día, y se verá abocado en pocas décadas, a reaccionar tarde, mal y habiendo perdido ventajas que no podrá recuperar en el futuro. ¿Volverá España a perder el tren de la nueva revolución industrial? La miopía impositiva ¿nos impedirá ver los beneficios de la economía digital, por cuarta vez consecutiva, y sin haber aprendido nada del pasado?, ¿volverá la economía española al vagón de cola del convoy de la innovación mundial?
Explicar y entender porqué nos beneficia que Google o Facebook no contribuyan al pago de nuestras pensiones de la misma manera que “cualquier otro”, será tarea de políticos, académicos, medios y de una voluntad real de la población de querer entender el mundo real en el que vivimos en los albores del SXXI. Todo lo demás, todo lo demás es sólo relleno.